martes, 18 de junio de 2013

CRAFTIVISMO: ARTESANIA PARA HACER LO QUE SE PUEDE HACER


Este es el  título del artículo que Raquel Pelta publicó en la revista digital temática de diseño http://www.monografica.org/,   que me ha hecho llegar mi  buena amiga Ana; y yo  no he podido resistir la tentación de hacer eco del mismo en este  blog.


Menciona el articulo a Betsy Greer, artesana, activista, héroe anónima, madrina del craftivismo; Greer acuñó el término «craftivism» en 2003 para definir una actitud ética y una forma de activismo que se ejerce mediante lo hecho a mano, partiendo de la idea de que la capacidad de creación puede ser una herramienta de lucha. El craftivismo otorga, pues, un valor político y social a la producción manual y la sitúa más allá del lugar  que ocupa actualmente: el de las tiradas pequeñas y exclusivas (si hablamos de artesanía), el del ocio (femenino principalmente) o «la creatividad del propio armario» 



Para la mencionada autora, el reciente avance del craftivismo se debe en gran medida a la creciente sensación de desesperación que, ante la imposibilidad de cambiar el mundo, se ha ido apoderando de todos nosotros a partir del atentado del 11 de Septiembre. Plantea además una discusión activa sobre los prejuicios contra el rol doméstico de la mujer, preguntándose si lo hogareño puede llegar a generar cambios en la sociedad.


Las «craftivistas» crean sus propios objetos como una respuesta al consumismo y como un intento de ofrecer alternativas más sostenibles porque el «craftivismo» es una manera de manifestarse en contra del materialismo de la sociedad actual. El «craftivismo» se entiende, pues, como una forma de oposición al modelo capitalista imperante pues defiende que se puede vivir al margen del mercado, tal y como está organizado actualmente, así como que  todos podemos hacer nuestras propias cosas o comprar aquellas que se han creado de forma artesanal. Frente a un sistema que sólo aprecia el producto final, es una manera de valorar el proceso de trabajo y a quienes han intervenido en él.


Haces política cuando eliges consumir productos hechos a mano y locales en vez de los importados y hechos en serie.

Es una herramienta de denuncia pero siempre es signo de una actitud pacifista que quiere cambiar el mundo. Para ellos, la cultura del «Hazlo tú mismo» (Do It Yourself, DIY), no está vinculada a los objetos sino a la autonomía personal y a la toma de decisiones: si es necesario hacer algo, puedes hacerlo tú mismo sin esperar a que los órganos de poder lo hagan por ti. Y esa cultura DIY supone, además, una puesta en cuestión de los valores y códigos del consumismo, tratando de minimizarlo y de resistirse a la publicidad y a las modas impuestas.

Esto es lo una pequeña muestra de este interesante artículo que no tiene desperdicio y que os recomiendo su lectura.
LH













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